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¿Cómo regresar a un niño alfa a la posición dependiente?

¿Cuál es el resultado de empujar a los niños a una independencia y autosuficiencia excesivas, así como a tener relaciones igualitarias entre adultos y niños? El artículo de  Valentina Yachichurova habla acerca de los niños que están atrapados en la posición alfa, así como sobre cómo regresar a ese niño a una posición natural para él/ella.

Sucede que debido a la excesiva vulnerabilidad, los niños adoptan una posición que no es natural : se vuelven dominantes con sus padres . No buscan referentes en sus padres y dejan de adoptar valores e ideas de ellos: se convierten ellos en quien toma las decisiones. Es más seguro para ellos estar a la cabeza, saber todo lo que está pasando, qué será, cómo será y tomar las decisiones.

Esto puede suceder a una edad pequeña, a los 3-4 años. A veces como defensa contra la vulnerabilidad, y otras simplemente porque el lugar del adulto está vacío. Los padres modernos han perdido sus instintos, están criando hijos en nuevas circunstancias, en medio de demasiada información y muchas opciones.

La imagen de un padre fuerte y confiable a los ojos de los niños ya no prevalece. Los padres no se muestran con confianza al satisfacer las necesidades del niño, muchas veces se sienten confusos e indefensos: “No sé qué hacer con él”, “¿Qué más puedo decirte para que me obedezca?”.

O están los padres que no ocupan deliberadamente su lugar natural en la jerarquía, sino que intentan construir relaciones de igualdad y entran en competencia con sus hijos. La naturaleza no permite el vacío: no puede haber vacío de poder. Alguien tiene que gobernar y es entonces cuando se activan los instintos de dominar en el niño. Sucede que el niño se convierte en un padre para sí mismo, aunque no esté preparado para ello.

Las relaciones están sesgadas y los padres ven que están perdiendo el control. Cuando un niño asume el liderazgo puede verse así:

-El niño de tres años comienza a elegir qué le prepararás para el desayuno, qué se pondrá y adónde irás a caminar. No aceptará la negativa, para él la pérdida de control y el que no se haga lo que dice significará el colapso de todo el mundo muchas veces sin importar qué  es lo que se está discutiendo. Para él será un desastre, seguido de berrinches y exigencias, mucha agresión.

-El niño de siete años puede levantarse él mismo con el despertador y, tratando de no despertarte, ir a la escuela y prepararse un sándwich. Ocultará que tiene problemas con el perro de su vecino camino a la escuela, para no molestar a mamá. Parece independencia, y parece lindo. Pero no es natural que un niño asuma el papel de cuidar a sus padres en detrimento de su desarrollo, que él mismo resuelva sus problemas, arriesgando su salud, para no destruir a la frágil madre.

-Puede que un adolescente no tenga nada en común contigo y no quiera aceptar nada de ti, ni siquiera podrá soportar tus consejos, porque, siguiendo sus instintos, no puede depender de ti. Él domina. Es más seguro para él. Seguirá las opiniones de sus amigos en Facebook.

Niños en alfa

Los niños en alfa son difíciles de manejar y difíciles de criar. Los padres se preguntan por qué son tan ingratos e insensibles sus hijos. Buscan darles lástima, intentan avergonzar y apelan a la conciencia de los niños. El niño asumió el mando, pero los padres quieren que también sea sensible a sus necesidades, que sea obediente y que confíe en ellos.

A los padres de niños alfa les puede parecer que se han rebasado los límites y que es necesario hacer algo con el niño, para que obedezca y para ellos recuperar su fuerza.

Las emociones de los padres los cegan, la presión sobre el niño puede ser muy fuerte. Pero es como hablar con una pared: insisten y ejercen más fuerza. “No, yo dije que tú guardas los juguetes.” Y el niño se resiste con todas sus fuerzas, porque los padres no pueden dirigir y ordenar. Obedecer no es natural para un niño en alfa. Esto va en contra de sus instintos alfa.

Resulta una especie de batalla de los instintos alfa de uno contra los instintos alfa del otro. Incluso si el niño se rinde por desesperación, se sentirá humillado y fuera de lugar.

1) El primer paso para recuperar a un niño de la posición alfa

No intente controlar a su hijo en la posición alfa. No importa lo doloroso que sea, lo primero es reconocer que la jerarquía se ha invertido.

Puede comenzar usando el alfa de su hijo(a) para restaurar las relaciones. Si sigue el instinto del niño y comienza a comunicarse pidiendo su ayuda, pidiendo que le ayude a resolver el problema, a hacer una elección, si lo consulta, entonces el niño responde vívidamente y lo hace con placer. Los niños de ahora nos aventajan de muchas maneras: en la programación, en sitios web y con los dispositivos. Si el niño puede hacer estas áreas, querrá actuar como un experto: configurar una tableta, wifi, cable para la abuela, ayudar a enseñar a un niño más pequeño a patinar, enseñar a papá a hornear galletas, elegir un tema y los adornos para la fiesta de alguien.

Y será una victoria, aunque parezca una concesión más. Esta es una victoria, porque el niño ha hecho algo por el padre y siente que respondió a su solicitud. Pero ahora existe la posibilidad de enmendar una relación con él en lugar de luchar.

Dejando a un lado la pregunta “¿Quién está a cargo aquí?” por un tiempo, los padres tienen la oportunidad de fortalecer el vínculo, dejar de mostrarse ofensivos y de herir el orgullo.

También pueden empezar a comunicarte con un niño alfa, a captar su atención y a hacer que quiera estar cerca de sus padres. Un padre suficientemente intuitvo que ve la necesidad de cuidado y orientación en las demandas de su hijo, en las rabietas y en la agresión no podrá contagiarse de emociones negativas, ni aislarse y alejarse de un niño que muestra un comportamiento inapropiado.

Es importante recordar que debemos estar del mismo lado que el niño, que todos los problemas de conducta no son más importantes que la conexión entre nosotros. Quizás esto sea lo principal.

2) Segundo paso

Para mantener su posición alfa en su relación con los niños, es importante eliminar la competencia.

Podemos observar a quien se vinculan nuestro hijos, si es que nosotros no somos su vínculo principal. Esto puede pasar cuando prefieren a sus amigos y éstos compiten con nosotros.

Es importante hacer un seguimiento de las conexiones con otros niños y saber con quién se están comunicando.

¿Por qué la interacción incontrolada con los compañeros conlleva cierto riesgo para el desarrollo del niño? Porque puede contribuir al surgimiento de un vínculo competitivo en el niño, a la reorientación del niño hacia un compañero, y dejaremos de ser su vínculo principal.

Además de que la orientación hacia los compañeros aleja al niño de nosotros y nos priva de nuestra influencia natural sobre él, no le da el descanso necesario para su desarrollo: el niño se ve obligado a no ser quien es, a adaptarse a las expectativas de otras personas, “empujando” sus sentimientos, gastando energía para pertenecer y dejando de ser uno mismo.

Allí no le invitarán a ser él mismo y a depender , como podemos hacer los adultos. Además, a menudo hay separación que duele. Sin embargo, por supuesto, los niños pueden relacionarse con sus compañeros no para “socializar” y crecer, sino simplemente para tener amigos, ir de visita y comunicarse en chats.

Hasta cierta edad, los adultos deben estar con ellos en estas interacciones, para que el niño se sienta seguro y luego el mismo adulto observará si debe interferir o limitar la comunicación, dependiendo de su relación con el niño.

La amistad es una relación entre adultos que pueden cuidarse unos a otros, hacerse responsables unos de otros. Me parece que hay mucha comunicación hiriente en la amistad de los niños. Por eso es importante volver a convertirse en el vínculo prioritario de un niño. Pero no podemos simplemente obligarlos a abandonar la amistad que les atrae.

¿Cómo puede ayudar a su hijo a permanecer unido tanto a sus padres como a sus amigos?

Si nosotros conocemos a los amigos de nuestros hijos, nos convertimos en un lazo entre el niño y esos vínculos, y así de alguna manera regulamos: establecemos un marco para su interacción, pero no los quitamos, sino que nos sumamos a esta ecuación. Nos apoyamos en un polo de unión, reduciendo la competencia.

3) Tercer paso

Los padres pueden invitar a los amigos íntimos de sus hijos a relacionarse con ellos cuando estén en casa, manteniendo así su liderazgo al tomar la iniciativa. Es bueno que los padres se involucren en la comunicación, que se incluyan en el círculo de compañeros, que les ofrezcan cuidados, los alimenten y los escuchen. Esta es la actitud de un alfa solidario, que evita que los niños busquen afuera lo que se les puede dar dentro e la relación.

Los padres pueden mantener el cariño que los une con el niño: crear un espacio común, compartir juegos, invitar a viajes, buscar aficiones comunes.

Necesitamos restablecer nuestra conexión con los niños.

Otra opción más dramática es invitar al niño a depender de nosotros para crear situaciones en las que el niño no tiene nada más que hacer. Viajar al extranjero, senderismo, trabajo en equipo.

Una vez que sentimos que hemos colectado y obtenemos su sonrisa y su gesto de asentimiento, podemos contar con que la jerarquía se restablezca.

Cuarto paso

Crea un espacio seguro para la confianza.

Es necesario volver a las relaciones de confianza nuevamente, para crear un espacio a salvo de la separación. Y la no aceptación también es división. Aceptar a un niño como es ahora y demostrarle que es deseado, que tiene un lugar en la familia, es un paso muy importante para restaurar un sentido de dependencia segura. Ayudamos al niño a ser mejor de lo que es pensando mejor en él.

Esperamos lo mejor de él, dirigiendo un comportamiento maduro, y cuando no funciona, siempre asumimos por defecto que lo intentó. No usamos en su contra lo que le es querido, ya que esto no crea un clima de confianza y daña al niño.

Tomamos la iniciativa en el vínculo, ante la separación, después de un incidente, por ejemplo, somos los primeros en reconectar, mostrándole al niño que todo está en orden entre nosotros.

Somos la respuesta que busca el niño. Por supuesto, debemos creer sinceramente que si todavía no ha crecido y no se mantiene firme sobre sus propios pies, respondiendo por sí mismo desde una posición madura, entonces todavía necesita a sus padres.

Autor: Valentina Yachichurova

Revisión de traducción informal al español: Marcela Escalera.

Fuente: Caring Alpha web-site – http://alpha-parenting.ru – serving to promote, inspire and educate.

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